Juan Larrea Celayeta (Bilbao, 1895 – Córdoba, Argentina, 1980), poeta y escritor, se instaló en París en 1926, donde permaneció hasta el final de la Guerra Civil, momento en el que  inició su exilio a México, Estados Unidos y finalmente a Argentina. Como secretario de la Junta de Relaciones Culturales de la Embajada de España en Francia durante la Segunda República conoció de primera mano el proyecto del Gobierno para el pabellón de España en la Exposición Internacional de París de 1937, y trabajó en campañas internacionales de propaganda y recaudación de ayuda para el pueblo español.

Unido desde el comienzo de su carrera literaria a Vicente Huidobro, de quien aprendió el carácter de la poesía experimental y creacionista, Juan Larrea ha quedado vinculado a la Generación del 27, especialmente por su amistad con Gerardo Diego. Aunque la historiografía reconoce la dificultad de clasificarlo, es una figura fundamental del surrealismo español que además encontró acogida en el francés. Durante su larga estancia en París trabó amistad con artistas y escritores, compaginando sus obligaciones en la embajada con su vocación literaria; fundó la revista Favorables París Poema junto con César Vallejo y colaboró con Luis Buñuel con textos y argumentos cinematográficos, como su relato en “prosa onírica” Ilegible, hijo de flauta (1927-1928), que no llegó a rodarse.

Larrea se cuenta entre las personas que visitaron a Picasso en el transcurso de la realización de su gran cuadro para el pabellón español, convertido desde ese momento en uno de los mayores emblemas de la Guerra Civil y de todo el siglo XX. Involucrado en labores de ayuda a los refugiados y a las víctimas de la guerra, Larrea trabajó junto con Roland Penrose en la organización de la gira de carácter recaudatorio de Guernica y los dibujos preparatorios por varias ciudades inglesas, asistidos por el Partido Laborista, sindicatos y asociaciones internacionales de ayuda y solidaridad con la población española. Asimismo, ya exiliado, acudió a la inauguración de la exposición que el Museum of Modern Art de Nueva York dedicó a Picasso en el otoño de 1939, de la que dio cuenta al artista a través de sus cartas. En 1947 el galerista neoyorquino Curt Valentine publicó el ensayo de Larrea Guernica: Pablo Picasso, considerado por el propio Picasso como una de las mejores interpretaciones jamás escritas, y que fue traducido al español en 1977, motivo por el que volvió a España.

Como poeta, apenas publicó su obra en vida, de la que cabe destacar Oscuro dominio (1934) y Versión celeste (1970). En su largo exilio político se consagró al ensayo y a la poesía, estudió a los poetas hispanoamericanos como César Vallejo y Pablo Neruda, entre otros, colaboró en revistas y publicaciones, y se entregó a temas teleológicos y visionarios de la condición humana. Vivió en México entre 1940 y 1947, y tras una estancia en Estados Unidos se asentó en la ciudad argentina de Córdoba, donde fue director del Instituto del Nuevo Mundo, adscrito a la Universidad de dicha ciudad. Sus diarios y su abundante correspondencia han sido recuperados y publicados con posterioridad, entre los que cabe citar sus ensayos y escritos: El surrealismo: entre viejo y nuevo mundo, Del surrealismo a Machu-Pichu, Ángulos de visión, La religión del lenguaje español y Diario del nuevo mundo. Apasionado de las culturas primitivas y el pensamiento mágico, en 1937 donó al Gobierno de la República su numerosa colección de arte inca, incorporada en la actualidad al Museo de América de Madrid.

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