Debates artísticos

Entre el elogio y el rechazo, críticos, historiadores, intelectuales y políticos han generado a lo largo de los años un tejido de discusión acerca de los valores pictóricos, simbólicos y políticos de Guernica, los cuales versan principalmente en torno a tres cuestiones, relacionadas a su vez entre ellas: género pictórico, lenguaje e interpretación.

 

La pintura de historia era el ejercicio donde se ponía a prueba la habilidad técnica y compositiva del artista para representar temas ejemplarizantes. Se empleaban recursos narrativos, dramáticos y compositivos regidos por los conceptos de orden, claridad y belleza. Sin embargo, Picasso no acudió a un tema del pasado ni personalizó a sus protagonistas; subvirtió el propio género de la pintura de historia al encontrar el tema para su lienzo en el presente (la guerra civil española) y en un episodio antiheroico (el bombardeo recurrente de las ciudades y los pueblos españoles). De este modo, con Guernica Picasso contribuyó a la consideración del presente como hecho histórico.

Guernica se ha entendido como un guiño a las grandes máquinas que han sido tradicionalmente los cuadros del género de pintura de historia.

Jacques-Louis David, El rapto de las sabinas, 1799

Interpretar un cuadro

Uno de los factores que desencadenaron los debates contemporáneos sobre la pintura fue la inmediata consideración de Guernica como pura imagen llena de significado; esto es, que cada figura y elemento representados en el lienzo respondían a un motivo concreto o eran metáfora de algo. Esto implicó la necesidad de emplear nuevos códigos desde los que analizar y estudiar el cuadro, códigos que superaban los límites del relato de la historia del arte. En este sentido, además de las interpretaciones del cuadro en el marco de la Guerra Civil, desde una perspectiva marxista se señaló que, por su carácter alegórico, en Guernica no se cumplía la adecuación entre lenguaje (figurativo, sí, pero no realista académicamente hablando) y función (mensaje de propaganda).

Lenguaje pictórico de la modernidad

En el contexto bélico en el que Picasso lo pintó, Guernica asentó un nuevo lenguaje pictórico que enseguida fue asumido como imagen epítome de la modernidad. El cuadro se halla en la base de los debates acerca de la abstracción y la figuración, entre interpretación y representación, iniciados en la década de los cuarenta tanto en América como en Europa. Los protagonistas de esos debates fueron artistas, críticos o historiadores que vieron Guernica en la Exposición Internacional de París de 1937 o bien en algunas de las distintas instituciones internacionales en las que fue expuesto en los años posteriores.

Guernica, tema e iconografía

Los resultados de los estudios sobre Guernica de las corrientes historiográficas y los posicionamientos crítico-políticos evidencian los intereses de su reducción a una lectura iconográfica. Cabe destacar la insistencia de Alfred H. Barr Jr., desde el Museum of Modern Art de Nueva York y acuciado por la presión política y el clima bélico y de Guerra Fría, por desentrañar el significado de cada una de las figuras representadas en el cuadro con el fin de aclarar su interpretación y, en definitiva, neutralizar su potencial político-simbólico. El 25 de noviembre de 1947 organizó un simposio, con el propósito de que el cuadro quedara explicado y llegar a la formulación de una única lectura.