Javier Tusell (Barcelona, 1945 – Barcelona, 2005), historiador y político, dirigió desde su cargo de director general de Patrimonio Artístico, Archivos y Museos las gestiones para la entrega y el traslado definitivo de Guernica del Museum of Modern Art de Nueva York a Madrid en 1981. Su intervención fue fundamental tanto en las cuestiones diplomáticas con el museo como en la investigación sobre la propiedad legítima del cuadro y los derechos sobre el mismo, así como en las negociaciones con los herederos de Pablo Picasso.

Tusell se licenció en Historia y en Ciencias Políticas en Barcelona y se doctoró en Historia por la Universidad Complutense de Madrid, donde fue docente. También fue profesor en la Universidad Autónoma de Barcelona, en la Universidad de Valencia y en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), donde alcanzó el grado de catedrático de Historia Contemporánea. Fue un escritor prolífico, tanto de ensayos de historia política sobre las diferentes etapas de historia de España como de literatura artística.

En su vida política, como miembro del partido Unión de Centro Democrático (UCD), fue concejal de Madrid y, entre 1979 y 1982, director general de Bellas Artes, órgano que después se transformó en Dirección General de Patrimonio Artístico, Archivos y Museos. Desde ese cargo, fue el máximo responsable de las gestiones gubernamentales llevadas a cabo para el traslado de Guernica a España, junto con las pinturas y los dibujos preparatorios que Picasso siempre consideró que constituían una unidad.

En el transcurso de estas negociaciones, Tusell realizó una intensa actividad no solo como mediador sino también como investigador, indagando en la documentación conservada en los archivos nacionales sobre la propiedad del cuadro desde su realización para el pabellón de España de la Exposición Internacional de París de 1937. Poco después de 1979, tras la confirmación por parte del museo neoyorquino y el fallo del Senado de Estados Unidos de que Guernica sería trasladado a España, el Ministerio de Cultura decidió que, ante las complicaciones políticas, diplomáticas y hereditarias que iban apareciendo, Javier Tusell llevaría personalmente todas las cuestiones relacionadas con el traslado del cuadro. Tusell defendió que si bien los herederos, asesorados por el abogado francés Roland Dumas, poseían los derechos morales de la obra, no ocurría lo mismo con los derechos de propiedad de la misma. Lidió con los debates políticos y mediáticos generados por este asunto, y no solo tuvo que hacer frente al reclamo del cuadro por parte de la villa vasca de Guernika, sino que también tuvo que argumentar las conquistas democráticas y de seguridad ciudadana que se iban logrando. El 20 de febrero de 1980, Javier Tusell, Rafael Fernández Quintanilla y representantes del Museum of Modern Art firmaron el acuerdo mediante el cual se establecieron los plazos y condiciones de entrega del cuadro y las obras vinculadas al mismo. Se acordó que la entrega se llevaría a cabo en 1981, tras la celebración de la gran retrospectiva de Picasso que el museo planeaba a modo de despedida de la que había sido una de sus obras más destacadas expuestas dentro de su colección. El traslado del cuadro fue presentado y entendido desde ese mismo momento como un acto simbólico sobre la restitución de la democracia en España.

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