Luis Araquistáin Quevedo (Bárcena de Pie de Concha, Santander, 1886 – Ginebra, 1959), formado como piloto naútico, desarrolló su vida profesional entre el periodismo y la política. Vinculado activamente al Partido Socialista Obrero Español (PSOE) desde 1911, en él desempeñó distintos cargos y fue elegido para el Congreso diputado por Vizcaya (1931-1933) y posteriormente por Madrid (1933-1936). Embajador de España primero en Alemania y después en Francia, bajo su mandato se puso en marcha el proyecto del pabellón de España en la Exposición Internacional de París de 1937, en cuyo acto oficial colocó la primera piedra del edificio.

Escritor y teórico, Araquistáin vivió en Argentina y posteriormente en distintas ciudades de Francia, Alemania e Inglaterra. En noviembre de 1919 se integró en la delegación que representó a la Unión General de Trabajadores de España en la Conferencia del Trabajo celebrada en Washington, junto con Francisco Largo Caballero y Fernando de los Ríos. Tras proclamarse la República en España, en 1931, fue nombrado subsecretario del Ministerio de Trabajo y Previsión y delegado de España en la Asamblea Extraordinaria de la Sociedad de las Naciones, representando al país en distintos escenarios internacionales. A raíz de su labor como representante de España fue nombrado embajador de España en Alemania (1932-1933) y después en Francia (septiembre 1936 – junio 1937). En 1920 fundó la editorial España, con Julio Álvarez del Vayo y Juan Negrín; años después creó las revistas Leviatán y Claridad, en 1934 y 1935 respectivamente, desde cuyas páginas justificaba la política y las medidas gubernamentales del PSOE y denunciaba los principios del comunismo.

Como embajador de España en Francia, desde París desempeñó una importante tarea en el contexto de la Guerra Civil: de logística, armamento y propaganda, pero también de atención y activación de asociaciones de ayuda a los refugiados y abriendo vías de acogida a los exiliados. Araquistáin gestionó, junto con José Gaos y Josep Renau, la puesta en marcha, el encargo de obras y la producción del pabellón de España para la Exposición Internacional de París de 1937, en la que quiso exaltar la fortaleza de la nación y el rechazo al fascismo. Años después, en 1953 y en un momento de memoria y balance acerca de las obras expuestas en el pabellón, escribió a Pablo Picasso para confirmar su donación de Guernica al pueblo español.

Entre sus muchas publicaciones, además de sus artículos y ponencias, cabe señalar los títulos Entre la guerra y la revolución. España en 1917 (1917), España en el crisol. Un Estado que se disuelve y un pueblo que renace (1920), El peligro yanqui (1921), escrito a su regreso de Estados Unidos, y España ante la idea sociológica del Estado (1953). Políticamente, viró de un socialismo reformista a uno radicalizado y de acción, próximo a Largo Caballero, que coincidió con el estallido de la guerra. Posteriormente, desde los primeros momentos de su exilio, primero en Londres y después en Ginebra, volvió a una posición moderada y desarrolló una actitud crítica hacia su propio proyecto y acerca del fracaso de la República, y continuó su labor como vocal y representante del PSOE en diferentes asambleas, congresos y comités internacionales.

Ver en la Cronología: