Daniel-Henri Kahnweiler (1884-1979) es conocido como el marchante del cubismo por antonomasia. Abrió su primera galería en París en 1907 y, hasta el estallido del la Primera Guerra mundial, contrató a George Braque, Pablo Picasso, André Derain, Fernand Léger y Juan Gris, entre otros, y cuyas obras expuso. Su relación con Picasso basculó rápidamente de lo comercial a la amistad, convirtiéndose en una de las personas de confianza del artista a partir de los años cuarenta.

Kahnweiler nació en el seno de una familia alemana judía adinerada; se trasladó muy joven a París, tanto para continuar los negocios familiares como para dedicarse a su inclinación e interés por el arte. Con recursos económicos suficientes, mantuvo su actividad como galerista y asesor hasta el final de su vida, fundando tras la Primera guerra mundial la Galerie Simon (1920-1941), rebautiza por su cuñada como Galerie Louis Leiris para evitar recelos antisemitas durante la Ocupación de París y con la que siguió colaborando como asesor hasta el final de su vida.

Autor del texto fundacional El camino hacia el cubismo (1919), defendió esta nueva corriente artística por ser la manifestación paradigmática de su época, pues respondía a nuevas necesidades iconográficas y de representación en unos tiempos modernos y prebélicos. Lo redactó durante su exilio en Suiza en los años de la guerra y constituye, además de un inmediato estudio teórico sobre el cubismo, una de las primeras valoraciones estéticas y sistematizaciones del mismo. Años después publicó otros títulos: Juan Gris: su vida, su obra (1946), el catálogo Esculturas de Picasso (1948), sus memorias Mis galerías y mis pintores (1961) y Confesiones estéticas (1963), dando cuenta de su doble condición de testigo y hacedor de una nueva manera de trabajar con los artistas.

Casi de la misma edad que Picasso, acabada la relación comercial entre artista y marchante, compartieron después intereses artísticos. Además, Kahnweiler veló por su obra, pintada y acumulada en sus talleres, así como por su difusión y exposición. Se convirtió en su intermediario y portavoz ante museos e instituciones para todo cuanto tuviera que ver con préstamos e interpretación de su trabajo, como bien ejemplifica el caso del Guernica.

 

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