Ciudad del Cabo, Sudáfrica, 11 de febrero de 1990.
Nelson Mandela es puesto en libertad tras pasar 28 años de maltratos inhumanos en prisión a causa del apartheid. Las imágenes de su liberación, emitidas en todo el mundo, muestran a un hombre entrecerrando los ojos como cegado por la luz.
Mandela pasó más de la mitad de su condena en Robben Island, un peñón azotado por el viento y rodeado de los peligrosos mares del Cabo de Buena Esperanza. Situada solo a 12 km de Ciudad del Cabo, la isla había servido como prisión de máxima seguridad para hombres «no blancos» desde 1959. Entre los presos recluidos junto a Mandela estaban Walter Sisulu, Ahmed Kathrada y Goban Mbeki, padre del actual presidente de Sudáfrica, Thabo Mbeki. Mandela afirmó más adelante que Robben Island fue «concebida para mutilarnos y para que nunca recuperásemos la fuerza y el valor para perseguir nuestros ideales».
El verano de 1964, Mandela fue encadenado a sus compañeros del módulo de aislamiento y enviado a una cantera de roca caliza a picar piedra y extraer cal. La cal se utilizaba para blanquear las carreteras de la isla. Al final de cada jornada, aquellos hombres negros acababan blancos por el polvo. Mientras trabajaban, la cal reflejaba el brillo del sol y los cegaba. Pidieron gafas de sol para proteger sus ojos en repetidas ocasiones, pero se les negaron.
No hay fotografías de Nelson Mandela llorando el día que salió de prisión. Se dice que la luz cegadora de la cal acabó con su capacidad para llorar.
Pensilvania, EE. UU., 15 de abril de 2001.
Una de las mayores colecciones de fotografías históricas del mundo está a punto de ser enterrada en una cantera de piedra caliza para siempre. La mina, situada en una zona remota al oeste de Pensilvania, se convirtió en el búnker de una empresa en los años 50 y ahora es conocida como Iron Mountain National Underground Storage (el depósito subterráneo nacional de Iron Mountain).
Bill Gates, presidente de Microsoft, adquirió en 1995 el archivo Bettmann and United Press International, formado por unos 17 millones de imágenes. Ahora la sociedad privada de Gates, Corbis, trasladará las imágenes desde Nueva York hasta la mina y las enterrará a unos 70 metros de profundidad en una cámara acorazada con baja humedad.
Se cree que esto preservará las fotografías, además de hacerlas totalmente inaccesibles. En su lugar, el plan de Gates es vender copias digitalizadas de las imágenes. Durante los últimos seis años se han escaneado 225.000 de ellas, menos de un 2 %. A esta velocidad llevaría 453 años digitalizar todo el archivo.
La colección incluye fotos de los hermanos Wright en vuelo, de JFK júnior saludando ante el ataúd de su padre, de Nelson Mandela en prisión e imágenes importantes de la guerra de Vietnam.
Gates cuenta con otras dos agencias de fotografía y ha asegurado los derechos de reproducción digital de las obras en la mayoría de los museos de arte. En la actualidad, Gates posee los derechos para mostrar (o enterrar) una cantidad aproximada de 65 millones de imágenes.
Kabul, Afganistán, 7 de octubre de 2001.
Cuando la noche cae sobre Kabul, EE. UU. lanza los primeros ataques aéreos sobre Afganistán, incluido el bombardeo de B-52 que vuelan a 12 km de altura y más de 50 misiles de crucero. El presidente Bush dice de los ataques que tienen «objetivos escrupulosamente seleccionados» para evitar bajas civiles.
Justo antes de lanzar los ataques aéreos, el Departamento de Defensa de Estados Unidos adquirió los derechos exclusivos de todas las imágenes de satélite de Afganistán y los países colindantes. La Agencia de Cartografía e Imagen, una unidad de inteligencia ultrasecreta del Departamento de Defensa, firmó un contrato exclusivo con la empresa Space Imaging Inc. para adquirir las imágenes de su satélite Ikonos.
Aunque cuenta con satélites espía diez veces más potentes que los comerciales, el Pentágono defendió esta operación como una decisión comercial que «aportaba capacidad excedente».
El acuerdo también supuso un borrado efectivo de la operación que evitó que los medios de comunicación occidentales viesen los efectos de los bombardeos y eliminó posibles verificaciones o refutaciones independientes a las declaraciones del gobierno. Las agencias de noticias de EE. UU. y Europa solo pudieron utilizar imágenes de archivo en sus artículos.
El CEO de Space Imaging Inc. afirmó: «Están comprando todas las imágenes disponibles». Ya no se puede ver nada.