Según un proyecto de Alonso Carbonell y con la bóveda decorada al fresco por Luca Giordano, el Casón del Buen Retiro fue construido en 1637 como parte del Palacio del Buen Retiro de Felipe IV, del que actualmente solo se conservan este edificio y el Salón de Reinos, ambos adscritos al Museo del Prado. En 1971 se decidió instalar allí la colección de pintura del siglo XIX del museo nacional; y, años más tarde, fue el lugar donde se instaló Guernica junto con los dibujos y los bocetos preparatorios tras ser entregados por el Museum of the Modern Art de Nueva York. El conjunto de las obras de Picasso se presentó públicamente en octubre de 1981 en la exposición Legado Picasso, y permaneció en el Casón del Buen Retiro hasta su traslado al Museo Nacional Reina Sofía en julio de 1992.

El Casón era el Salón de Bailes del Palacio del Buen Retiro, construido en los terrenos que el conde-duque de Olivares regaló a Felipe IV, de ahí que en su planta destaque la gran sala central abovedada, decorada con los frescos de Luca Giordano con la Alegoría del Toisón de Oro, emblema que lucían los monarcas de la dinastía de los Habsburgo. El edificio original ha sufrido diferentes modificaciones: en el siglo XIX se amplió y se añadieron dos nuevas fachadas neoclásicas, diseñadas por Mariano Carderera; tras un derrumbe, la puerta oeste fue sustituida por otra ideada por Ricardo Velázquez Bosco. El apelativo de “casón” procede del estado de abandono en el que se dejó el edificio durante largo tiempo, destinado a diversos fines hasta que, en 1971, se decidió acondicionarlo para albergar la colección de pintura del siglo XIX del Museo del Prado. Actualmente es la sede de la Biblioteca y Archivo del Museo del Prado.

El 10 de septiembre de 1981, Guernica llegaba a Madrid, procedente de Nueva York, junto con el conjunto de dibujos y pinturas relacionados, en lo que se consideró un acto simbólico de la recuperación de las libertades democráticas. Desde el Ministerio de Cultura se designó “Operación cuadro grande” a todo el proceso de negociaciones que, con suma discreción y secreto, se venía desarrollando desde los años precedentes. A su llegada, el lienzo fue instalado en el Casón del Buen Retiro, lugar considerado por las autoridades gubernamentales como espacio del Museo del Prado. Se cumplía así el deseo de Picasso de que el cuadro, entregado al pueblo español, fuera expuesto en el museo nacional. El 24 de octubre, el Casón abría sus puertas al público para presentar Guernica por primera vez en España dentro de la exposición Legado Picasso, en la que las obras de Picasso iban acompañadas de obras de Joan Miró.

El Gobierno, sabedor del carácter excepcional y de la fragilidad material de Guernica, declaró que su misión era asegurar y proteger la obra, precisamente el año en que había tenido lugar el golpe de Estado del 23 de febrero y en el contexto de una Transición tensa. Por ello, el cuadro fue preventivamente protegido por una gran urna de cristal blindado, diseñada por el arquitecto José María García de Paredes. Lo mismo ocurrió con los dibujos, bocetos y pinturas relacionados. De este modo, la experiencia de la contemplación del cuadro quedaba mediada por la gran y escenográfica urna, y presentaba Guernica como una reliquia de Picasso y de la Segunda República.