Pablo Picasso mantuvo el estudio de la Rue des Grands-Augustins de París desde finales de 1936 hasta 1955. Fue allí donde pintó Guernica y donde Dora Maar fotografió el proceso de creación de la obra y los dibujos y pinturas asociados a la misma. Tras la Segunda Guerra Mundial Picasso pasaba cada vez más tiempo en el sur de Francia, y solo ocasionalmente ocupaba el estudio durante sus estancias en París. En ese inmueble Honoré de Balzac ubicó el taller del pintor Frenhofer, protagonista de su novela La obra maestra desconocida (1831), lo que otorgó al espacio un aura especial acerca del trabajo del artista y la persecución del ideal de belleza.

Antes de alquilar, con la intervención y ayuda de Dora Maar, las dos plantas del edificio del siglo XV conocido como Hôtel de Savoie y ocupar el espacio en el que acontece el relato de Balzac, Picasso había realizado en 1931 una serie de grabados para ilustrar La obra maestra desconocida, por encargo de Ambroise Vollard. En el invierno de 1936, Picasso acondiciona el que será su nuevo estudio, en el que encontró reminiscencias al Bateau-Lavoir, su primera casa-taller en París.

Fue íntegramente en este estudio, a raíz del encargo que el Gobierno de la República le hizo para el pabellón en la Exposición Internacional de París de 1937, donde el artista ideó y creó Guernica. En las semanas en las que el artista trabajó en el gran lienzo recibió diversas visitas de amigos y políticos, de las que se conserva el registro fotográfico de la de André Breton y Jacqueline Lamba; y también la serie realizada por Maar, cuyas fotografías están determinadas en parte por la escasa iluminación del estudio y dan cuenta no solo de los cambios compositivos en el lienzo, sino también de sus dimensiones con relación al espacio. Tras una estancia en 1939 en Royan, Picasso permaneció en la capital francesa durante la Segunda Guerra Mundial y la ocupación alemana de la ciudad. Se sabe que fueron muchos los que le visitaron en su estudio de la Rue des Grands-Augustins en esos años: artistas, reporteros, militares e incluso el embajador de Alemania en París. Pese a las circunstancias, Picasso no cesó de trabajar, acumulando en su taller pinturas y esculturas realizadas entonces junto a obras anteriores y de otros artistas, como muestran las fotografías que tomaron Brassaï, Lee Miller y Herbert List en 1944. Desde entonces el estudio ha quedado vinculado a la persona de Picasso; en 2004 se expuso en él uno de los tapices realizados a partir de Guernica. Tras años de gestiones y polémicas –se quiso transformar el edificio en un hotel–, y con la participación de su hija Maya, el estudio está ahora dedicado a usos artísticos y de investigación relacionados con el artista.