East Village Other
Publicación periódica radical que se editó en Nueva York desde 1965 a 1972, y de la cual solo quedan copias en algunos archivos especializados.
Transcripción
Los artistas atacan el MOMA (THE EAST VILLAGE OTHER, 24 de enero de 1969)
Por Alex Gross
Las manifestaciones en el Museum of Modern Art han solido afectar al mundo del arte, al igual que las revoluciones de París afectaron al mundo más allá de la ciudad. La primera manifestación de artistas de los años 30 se revelaba contra el conservadurismo de la administración en el momento de su apertura y abrió camino a una mayor aceptación del arte abstracto en Estados Unidos. La segunda manifestación, del 24 de abril de 1960, protestaba contra el predominio de un único estilo de arte en galerías y museos, el expresionismo abstracto, y contra la supremacía de una única crítica favorable a ese estilo. Poco después de esta manifestación resurgió el trabajo figurativo, seguido del desarrollo del Pop Art, el Op Art y la psicodelia, que abrió paso a muchos nuevos estilos y medios. Hay, por tanto, motivos fundados para estar pendientes de todas las señales y los síntomas que hay tras el acto de protesta llevado a cabo por el artista griego Takis y sus amigos el 3 de enero de este año, un año en el que cualquier cosa puede ocurrir.
Ese día Takis retiró una de sus esculturas cinéticas de la exposición de máquinas del Modern y se sentó con ella en el jardín durante dos horas amenazando a los guardas del museo (uno de los cuales sugirió que si hubiese hecho lo mismo en el Metropolitan, le habrían disparado) hasta que le permitieron a él y a sus amigos dialogar con el comisario. No se expusieron al comisario en ese momento las sugerencias de los miembros más militantes del grupo, entre los cuales estaban Takis y el poeta persa Farman. Estas sugerencias, aunque rechazaban las definiciones convencionales de revolución y los eslóganes modernos, representaban propuestas concretas de renovación, no solo para el Modern, sino para todo el panorama museístico. El grupo cree que puede justificar la ampliación y extensión de manifestaciones en el futuro.
Las propuestas planteadas hasta ahora por Takis y Farman están destinadas a elevar el nivel del mundo del arte en todos sus puntos, en lugar de beneficiar a una escuela o grupo de artistas determinados. Las ideas están aún en fase de planificación y son flexibles en gran medida, pero lo propuesto hasta ahora incluye:
1) El Museum of Modern Art debería ser gratis para el público general al menos un día a la semana.
2) Debería elaborarse un registro de artistas en el Modern, del que se podrán beneficiar todos los museos, que incluya a todos los artistas que vivan en el área de Nueva York. El propósito de ese registro es reconocer de facto como artista a cualquier persona que pueda presentar un corpus de obras.
3) A partir de este registro debería crearse una muestra completamente aleatoria de todos los artistas y elegir por sorteo a los que se exponen en el Modern al menos una vez al año. Aunque es posible que dichas exposiciones contengan mucha mediocridad, consideramos que este método no entrañará más riesgo para el gusto del público que el que se utiliza ahora. Existen precedentes en el uso de sorteos, como el programa Pavilions in the Parks de Londres, en el que se concedieron pabellones a los artistas al azar para que creasen sus happenings.
4) Debería crearse una muestra aleatoria similar de fotografía.
5) Debería fomentarse una relación mucho más directa entre el museo y los artistas. Actualmente, casi todo el contacto tiene que pasar por los propietarios de las galerías y otros intermediarios. Esta relación debería manifestarse de manera particular en lo que concierne a las condiciones de la exposición.
6) Debería desarrollarse un plan que ofrezca al artista un porcentaje del precio de reventa de su trabajo, ya sea superior o inferior. Actualmente los artistas, a diferencia de los escritores y compositores, reciben dinero solo de la primera venta de su trabajo, y cualquier venta posterior afecta solo a los subsiguientes propietarios. Esto es especialmente importante para la mayoría de los artistas que venden pocas obras y no pueden aspirar a vender a un museo de prestigio, con el aumento de la publicidad y el precio que eso podría conllevar.
7) Los artistas, tanto conocidos como desconocidos, deberían ser admitidos como miembros del consejo de administración del Museum of Modern Art.
8) Debería animarse a los artistas a crear piezas de arte tecnológico que puedan fabricarse para las masas, y el museo debería empezar a reducir la mística que rodea la obra original.
9) Las salas del Modern deberían estar siempre disponibles para instalar exposiciones y debería haber al menos una exposición siempre abierta al público. Debería invitarse a los artistas y proporcionarles fondos para instalar dichas exposiciones por periodos de dos semanas o más.
10) El artista debe conservar los derechos de autor incuestionables de su propia obra con independencia de quién sea el propietario y debería tener acceso razonable para verla cuando así lo solicite.
Lo más importante de todo es que parece que debería hacerse un intento por cambiar el aire que desprenden los museos, por desafiar esa sensación de que el visitante debe entrar al museo con asombro, contemplar las obras en un estado que bordea el éxtasis religioso y marcharse con la sensación de haber enriquecido su cultura y los rincones más recónditos de su espíritu. Este efecto recuerda llamativamente al que solía provocar ir a la iglesia, pero nada evidencia que sea bueno o importante para el visitante o la obra de arte. Los artistas de este grupo reconocen que su tarea no será fácil y están abiertos a las sugerencias de otros artistas o partes afectadas sobre cómo hacer propuestas más prácticas y factibles. También creen necesario manifestarse en más ocasiones en el Modern y otros lugares para convencer a la gente, y agradecen la participación de artistas, estudiantes, actores, escritores y cualquier persona interesada. Las sugerencias deben enviarse a la atención del grupo a EVO. Los miembros del grupo hasta la fecha son Takis, Framan, Hans Haacke, Nicholas Calas, Willoughby Sharp, Elizabeth Biar y Dennis Oppenheim.
Esto significa que las manifestaciones que tuvieron lugar el año pasado en las universidades pueden darse este año también en los museos, aunque aún está por ver si los artistas que viven en la ciudad son manifestantes tan dedicados como los estudiantes que viven y trabajan en sus campus. Que no se sorprenda nadie si los museos se convierten en objetivos, aunque se espera que no resulten dañadas las obras de arte. El ánimo actual de nuestra sociedad es hacer preguntas incisivas sobre el significado y el propósito de la cultura, preguntas que pueden no tener respuestas definitivas, pero que se harán no obstante. Aunque esto puede resultar en parte en la desmitificación al artista, también puede hacer que su trabajo sea más accesible y socialmente significativo.